martes, 23 de octubre de 2012

C̶i̶v̶i̶l̶i̶z̶a̶c̶i̶ó̶n̶


Desde nuestro interior resulta sencillo juzgar la realidad, nos basta un vistazo para formarnos una idea u opinión que usamos como verdadera y en función de la cual nos movemos, pensamos, nos comportamos: actuamos. La mayoría de las veces resulta muy complicado (casi imposible) cambiar una opinión o una idea sobre la cual ya hemos construido una serie de actitudes y comportamientos, que ya forma parte de nosotros y por la que los demás, los que nos conocen, nos identifican. Por este motivo y porque de lo contrario la vida seria una cadena interminable de pensamientos introspectivos que nos impedirían movernos, rara vez nos molestamos en "repensar" lo que damos por hecho.

En la vida actual esto es menos posible aun, ya que tenemos un tiempo muy limitado para todo: tenemos clase a las 9.00, entramos a trabajar a las 16.30, terminar un trabajo de 500 páginas para pasado mañana, ver nuestra serie favorita a las 22.30; hay pantallas y anuncios por todas partes, queremos comprar esa chaqueta de cuero -rápido porque esta en oferta-, ver el partido del domingo en el estadio, tenemos que ponernos en forma para lucir palmito este verano en las playas de Croacia, porque este verano vamos a viajar con nuestros amigos, por eso hay que ahorrar, trabajar duro por el sueldo que sea mientras estudiamos duro para poder trabajar menos duro por un sueldo mayor y así tener más tiempo para ir de compras, de viaje, de fiesta...y todo esto a la mayor velocidad porque somos jóvenes y tenemos que aprovechar el poco tiempo que tenemos, porque a partir de los 30 uno ya tiene que ir sentando la cabeza. De esta manera disponemos hoy en día los jóvenes nuestras expectativas de futuro.

Cuando reflexiono sobre este asunto me resulta imposible no imaginarme a los jóvenes de la Antigua Grecia o del Imperio Romano pensando en su futuro. Ellos no tenían publicidad de ningún tipo, no hacían turismo ni veían la televisión. Ellos estaban realmente preocupados por como sobrevivir (fisiológicamente hablando), tenias que dedicarte a alguna actividad productiva para el correcto funcionamiento de la Polis o Ciudad para poder sobrevivir. Muchos de esos jóvenes dedicaron su vida entera a intentar comer algo todos los días  otros tuvieron mas suerte y fueron capaces de pensar con calma y claridad, y llegaron a ser grandes maestros, filósofos, arquitectos, ingenieros, matemáticos, artistas de todo tipo (normalmente pensamos en la escultura o la pintura cuando hablamos de arte antiguo, pero ¿y la música, la poesía  el teatro...?), exitosos gobernantes y líderes militares que contribuyeron entre todos a crear y mantener durante siglos intempestivos una civilización que ha permanecido inmortal durante la historia. Hicieron grandes descubrimientos, grandes inventos, grandes cosas, tuvieron grandes vidas.

Todo esto fue posible porque no existía entonces una perspectiva individualista generalizada como la que existe ahora en el mundo globalizado. Actualmente no gobiernan los gobernantes, no defienden los militares, no innovan los arquitectos e ingenieros, (¿sigue habiendo filósofos?), sino que mandan los mercados, se busca el mayor beneficio individual, se trafica con armas, drogas, y deseos, con infancias, con terrorismo, con miedo. Todos queremos subirnos unos encima de otros cuanto antes, nadie quiere quedarse abajo y formar la base de la sociedad porque se nos bombardea con falsas esperanzas y expectativas e ilusiones que nos pasamos media vida persiguiendo, no nos paramos a pensar porque eso es perder el tiempoAsí, somos incapaces de mantener un gobierno sólido durante mas de 8 años, nos criticamos los unos a los otros, competimos con oscuras motivaciones, somos presos de nosotros mismos porque nos obligamos a seguir por el mismo camino para no quedarnos atrás. Me pregunto qué clase de civilización representamos todos nosotros.


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