jueves, 11 de julio de 2013

ReStart

Desde las últimas semanas del curso hasta el día de hoy he estado dándole vueltas a algunas ideas que he tenido para hacer en verano. No es nada especial, simplemente un día pensé: "Madre mía, tengo examen mañana y me he pasado todo el puto día viendo gilipolleces en Internet".  Y de un modo muy absurdo, ni siquiera recuerdo muy bien cómo, acabé en el canal de YouTube de Bollicao... No siento ningún reparo al confesar que me fui a dormir cerca de las cinco de la mañana.

Al día siguiente tenía examen de Teoría Sociológica Contemporánea y estaba realmente dormido. De hecho, me levanté temprano y desorientado porque iba a llegar tarde al examen de las 9. Vía whatsapp me enteré de que el examen era a las 16h y respiré tranquilo. Durante el examen yo estaba muy convencido de que me estaba saliendo todo muy bien, y tuve fallos garrafales de los que me siento avergonzado, además de que era la única asignatura del segundo cuatrimestre que de verdad me interesaba, también porque delante de mis compañeros iba muy sobrado... Terminé por conseguir un miserable Aprobado que hoy todavía me revuelve las entrañas.

Seguía pensando en esto de YouTube, y más en general de todas las cosas fantásticas que hay en nuestro amado Internet. Me di cuenta de la cantidad exagerada de tiempo que había pasado durante los últimos años viendo las cosas que otros hacían y subían a Internet. Recuerdo que pensé: "¿Cómo es posible que haya cosas tan guays en Internet y nunca se acaben? Es como si la gente no dejara nunca de hacer cosas y subirlas". Fue una de las revelaciones más obvias y estúpidas de la historia, pero era cierto. Detrás de todos los gifs, memes, fotos, vídeos, blogs, webs, etc., hay gente que se dedica a crear este tipo de contenido para Internet. Y lo más grandioso es que lo hacen a su manera, dentro de lo posible. Se me ocurren un montón de líneas de disertación sociológica sobre este tema y su desarrollo en el tiempo actual pero eso voy a intentar recogerlo en otro lugar y en otro momento. El tema principal de este post es mi despertar en la vida (aunque suene un poco cursi/mierder lo voy a llamar así porque así es como lo he pensado), ya que pretendo hacer de este momento un punto de inflexión importante en mi forma de enfrentarme a las cosas.

Hasta hace bien poco (y no exagero, hasta esta misma tarde) mi modus vivendi se ha basado en observar con atención lo que hacen los demás, perfilar mis gustos personales en diferentes ámbitos como la música, el deporte (entre comillas), comida, videojuegos, programas de televisión, géneros literarios, y sobre todo humor, aunque no soy una persona naturalmente graciosa. Disfruto mucho al reír, y no me importa hacerlo a solas. Me siento bien al pensar que hay personas suficientemente inteligentes como para hacer o decir algo que resulte humorístico, en sus infinitas variables, y que a la vez yo soy suficientemente inteligente para comprenderlo. En definitiva, lo que he hecho durante toda mi vida ha sido contemplar el trabajo y el esfuerzo de otros sin que esto me incitara a esforzarme y trabajar por mí mismo, hablando en términos internáuticos, sin crear contenido propio. La gente le echa un par de huevos y hace cosas que le apasionan, y las comparte con el resto de internautas, como ha hecho el genial Agustín Flowalistik.

Hoy, gracias a HolaSoyGerman y a @ChekoPinkman, he decidido comenzar a esforzarme y a trabajar para hacer algo. Aun no tengo muy claro qué, pero seguro que va a estar relacionado con Internet. Tengo muchas ideas a las que dar forma, sobre muchas cosas diferentes, desde el humor más absurder hasta  la gran disciplina académica y científica que es la Sociología. No voy a agobiarme, voy a empezar por el principio, escribiendo en este blog una reflexión diaria como mínimo y a partir de ahí irán surgiendo más cosas. Este es el primero de (espero) muchos posts en los que voy a ofrecer a cualquier desgraciado que acabe por error en esta página mi punto de vista sobre la vida. Intentaré tocar todos los temas y experimentar con varios formatos. Con paciencia y perseverancia. Un hombre no se hace en un día.



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